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“Camping”. 2005. Bienal del mercosul. Porto Alegre. 

Desde los inicios de su carrera artística –a mediados de los noventa- la obra de Román Vitali ha cultivado tanto la abstracción como la figuración, pero lo que se ha mantenido siempre intacto es el medio y la técnica de trabajo que el artista desarrolla con una obsesión y meticulosidad realmente notables. Vitali enhebra cuentas acrílicas facetadas y teje sus piezas valiéndose de cálculos matemáticos que le indican cómo y dónde debe diversificar las líneas de nylon que sujetan las cuentas de colores. El resultado de este peculiar sistema se traduce en piezas escultóricas brillantes que suele presentar individualmente o en conjunto, generando pequeñas escenas de alto vuelo metafórico y narrativo. Con Camping, instalación realizada para la Bienal do Mercosul, Román despliega “una historia de amor y terror”, que transcurre en un contexto aparentemente bucólico –árboles, una carpa, dos personas en sus bolsas de dormir- pero donde hay también lugar para vislumbrar el derrumbe de esa delgada línea que separa la belleza del espanto. La instalación deriva conceptualmente de su exhibición de 2004 titulada Brumas, o al menos de fragmentos de esa muestra en la que el artista aludía a la peligrosidad de algunos bosques. La reflexión sobre lo temible y lo enfermo es una constante en su obra. Amparado en el considerable atractivo formal de sus objetos y personajes, Vitali tamiza algunas preocupaciones que en principio cuesta vincular con el esplendor de las figuras. Pero lo siniestro acecha, como los lobos, atravesando toda posibilidad de confort.

Eva Grinstein

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