Laboratorios fallidos

Este conjunto de obras surge de mis laboratorios vegetales, espacios domésticos de experimentación donde cultivo plantas, registro sus ciclos y acepto las fallas como parte del proceso. En Flor de bananero, seguí durante años el crecimiento de dos bananeros hasta que uno floreció y me permitió trabajar con su flor recién cortada. En Azucenas marchitas, retomé bulbos que traje del jardín de mi abuela hace más de quince años, activando una memoria familiar que crece y se marchita conmigo. Bananas y Maracuyás continúan esta línea, elaboradas a partir de frutos cultivados en casa, observados en sus transformaciones y fotografiados antes de convertirse en imagen. En todas estas piezas, la materia vegetal orienta decisiones y desvíos, y convierte cada falla en una oportunidad: escenas donde lo doméstico, lo botánico y lo afectivo se entrelazan para dar forma a imágenes que condensan tiempo, cuidados y supervivencias compartidas.